El punto es el elemento más básico de la composición. Es la unidad mínima. Todo elemento razonablemente pequeño que se encuentra aislado del resto se considera un punto y no tiene por qué ser circular. De hecho, puede ser cualquier elemento que se distinga por completo de los demás, ya sea por su color, por su forma, por su contraste tonal, o incluso por su contraste conceptual.
También es el elemento de mayor peso visual siendo capaz de equilibrar a cualquier otro en una imagen, y tiene un gran poder de atracción visual, de hecho, atrae de tal manera que muchas veces entramos en las fotografías por el punto y luego recorremos el resto del encuadre, volviendo siempre a él una y otra vez.
Además, si como en la foto de portada, el punto es el tono más claro de la imagen, se reforzará aún más. En las fotos inferiores las palomas y la roca funcionan como puntos.
También tienen la propiedad de generar recorridos visuales. Varios puntos forman una línea, y varias líneas una forma. Además, pueden transmitir dirección y por ejemplo dirigir nuestra mirada desde el más grande al más pequeño. Cuando tenemos varios puntos siempre entraremos en la imagen por el que tiene más atracción para para luego seguir recorriendo el resto. En la foto los tres puntos formarían un triángulo y el amarillo será el que más atracción nos genera y por el que entramos a la imagen.
En cuanto a su ubicación, si lo colocamos en el centro del encuadre la imagen será estática y equilibrada, pero a medida que lo desplazamos hacia una esquina se va aumentando la tensión y la dirección de la mirada se nos irá hacia la esquina opuesta. Dependerá de lo que busquemos. Esto no tiene que ver con los tercios, porque si lo que queremos es transmitir por ejemplo es mucha tensión lo colocaremos más esquinado de lo que la supuesta regla nos dice.
